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Seducir a una heredera nunca había sido tan fácil…
El pícaro Oliver, vizconde Conway, necesita dinero desesperadamente para salvar la hacienda de su familia de los cobradores de deudas, y sabe muy bien qué hacer: casarse con una heredera. Cuando pone un pie en un tren que parte de Londres, se topa con Rayne, la mujer más cautivadora que ha conocido, y para su suerte, es una heredera americana. La mujer jura que no se casará, y menos con un cazafortunas. Oliver debe ganársela a cualquier precio, aunque eso signifique comprometer a la dama en un tren y robarle el corazón.